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Las 10 visitas imprescindibles de Riga

* Artículo copiado de Los Apuntes del Viajero para usar como ejemplo de entrada en la web.

Los principales lugares de interés de Riga | Fuente: Wikipedia

Riga es una preciosa ciudad cuyo casco histórico fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 1997. La capital de Letonia puede sorprender por muchos motivos, pero quizá una de las curiosidades más llamativas es que se trata de la ciudad europea con un mayor número de edificios de estilo art noveau (modernistas) del mundo. Además, como sus vecinas Vilna y Tallin, tiene una historia fascinante, marcada por las guerras y la ocupación soviética. En este post te proponemos 10 lugares que ver en Riga.


1. Plaza del Ayuntamiento

La Plaza del Ayuntamiento (Rātslaukums) es una enorme explanada con suelo adoquinado en la que destacan varios edificios. Por supuesto, se puede contemplar el enorme Ayuntamiento, aunque sin duda el edificio más espectacular es la Casa de los Cabezas Negras. Aunque la construcción original (lugar de festejos públicos y diferentes instituciones históricas) databa de 1334, la II Guerra Mundial arrasó casi toda Riga y lo que hoy podemos ver es una reconstrucción de 1999 que alberga la Oficina de Turismo. En la misma plaza se puede visitar el Museo de la Ocupación de Letonia, con información sobre las diferentes invasiones que sufrió el país en el s. XX.


2. Monumento a la Libertad

El noreste del casco antiguo está delimitado por la Colina del Bastión (Bastejkalns), un coqueto parque atravesado por un canal, que resulta ideal para dar un paseo a pie o en barca. Justo en el centro de este parque sobresale un enorme obelisco de 42 m de altura: el Monumento a la Libertad, construido en 1935 por Kārlis Zāle. Como su nombre indica, representa un homenaje a la libertad y es todo un símbolo de la independencia de la República de Letonia. A escasos 350 m hacia el norte, te sugerimos visitar también el parque de la Esplanāde, donde puedes ver la llamativa Catedral Ortodoxa (1884).


3. Edificios Art Noveau

Como dijimos, Riga es célebre por su impresionante colección de edificios art noveau, construidos en su mayoría entre 1904 y 1914, una época en la que destacó como una de las ciudades más prósperas del Imperio Ruso. En el centro histórico, uno de cada tres edificios pertenece a este estilo o alguna de sus variantes y en toda la ciudad se cuentan por centenares. La calle más popular para ver este tipo de arquitectura es Alberta iela, con 8 edificios protegidos (números 2, 2a, 4, 6, 8, 11, 12 y 13), más de la mitad de Mijaíl Eisenstein. Pero quizá una de las fachadas más famosas sea el del nº10b de la paralela Elizabetes iela, obra del mismo arquitecto, con sus enormes caras en lo más alto y su colorido diseño.


4. Los Tres Hermanos

Los Tres Hermanos (Trīs brāļi) es el nombre que reciben los edificios que se encuentran en los números 17, 19 y 21 de la calle Mazā Pils, en pleno casco antiguo. Las tres casas están unidas en su interior, aunque cada una pertenece a una época diferente. La más antigua es la del nº17 (hacia 1490) y aún conserva casi todos sus elementos originales. La más bella, sin embargo, es el «hermano del medio» (1646) con una original fachada manierista de época más reciente. El tercer hermano, en el nº21, es de finales del s.XVII.


5. Murallas de Riga

De las antiguas murallas de la ciudad, cuyos orígenes se remontan al s.XIII, queda bien poco en pie. Sin embargo, merece la pena explorar la preciosa calle Troksnu (quizá la más bonita de la ciudad) y admirar la Puerta Sueca, única puerta de la muralla que se conserva. También recomendamos salir por la Puerta Sueca para dar un paseo junto a los Jacob’s Barracks, antiguos barracones militares reconvertidos en restaurantes, boutiques, tiendas de souvenirs, etc. Otro lugar relacionado con las antiguas murallas que se puede visitar es la Torre de la Pólvora, que acoge el Museo de la Guerra, inaugurado en 1916.


6. Iglesia de San Pedro

La Iglesia de San Pedro, ubicada junto a la Plaza del Ayuntamiento, tiene sus raíces en el s.XIII, pero de la construcción gótica original no se conserva demasiado. No tiene una fachada muy bonita, pero desde luego su estampa es imponente. Y aunque el interior tampoco es especialmente interesante, hay un gran motivo para entrar: su campanario. Desde arriba, a más de 70 m de altura, se tienen unas vistas inmejorables del centro histórico y el río Daugava. Para conseguir otro punto de vista espectacular de Riga te recomendamos subir a la Academia de Ciencias de Letonia, un edificio tosco que recuerda al Palacio de la Cultura y la Ciencia de Varsovia. Y si quieres estar aún más alto (pero más lejos), puedes subir a la Torre de la TV, la construcción más alta de los Países Bálticos.


7. Mercado Central de Riga

El Mercado Central de Riga (Rīgas Centrāltirgus) es uno de los mercados más grandes y espectaculares de Europa. Además, por sus peculiaridades históricas y arquitectónicas, está incluido en el conjunto protegido por la UNESCO. ¿Y qué tiene de especial? Pues que fue construido en 1930 reutilizando los antiguos hangares para zepelines usados por el ejército alemán durante la I Guerra Mundial. Aquellos cinco viejos hangares son ahora cinco enormes pabellones, cada uno especializado en la venta de un producto: carne, pescado, frutas, verduras o lácteos. Además, alrededor de los pabellones hay un gran número de puestos de venta de ropa, electrónica, alimentación variada, etc.. En total, son unas 3.000 paradas repartidas en 72.000 metros cuadrados.


8. Catedral de Riga

La piedra fundacional de la Catedral de Riga (Rīgas Doms) se colocó a principios del s.XIII. Diversas ampliaciones entre 1547 y 1595 le dieron su forma definitiva y aún conserva muchos elementos de aquella época, aunque su apariencia actual corresponde a una restauración de 1914. El interior de la catedral, blanco y diáfano, no reviste mayor interés, salvo por sus dimensiones, el antiguo órgano y algunas cristaleras. Nos pareció más interesante el enorme claustro, en cuyos laterales puedes ver una exposición de arte sacro y objetos históricos de la ciudad, como un gallo de bronce del s.XVI o la misteriosa Cabeza de Piedra de Salaspils, encontrada en 1851 por un campesino de forma casual. No se sabe qué es exactamente, pero se especula que podría ser un ídolo de la tribu de los livonios del s.V dC. Aunque no tengas intención de visitar la catedral, no puedes perderte la Plaza de la Catedral. De hecho, es casi inevitable acabar allí, ya que desembocan en ella hasta siete calles del centro histórico.

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